martes, 18 de diciembre de 2007

Perquín: Lugar Mágico lleno de Historia

Domingo 9 de Diciembre, 2007.-

Dentro de ciclo de viajes realizados junto a mi amiga Verónica y su tía Antonia, uno de los más alucinantes fue el que realizamos a la mágica e histórica ciudad de Perquín, en el norte de Morazán. Esta tímida ciudad es para todos los que gustamos de la historia, punto obligatorio de referencia y visita, pues en esta ciudad rodeada de pinos se encuentra el Museo de La Revolución Salvadoreña, un lugar lleno de palabra, imagen e historia de nuestro pasado reciente, el que vino a hacer famoso a nuestro Pulgarcito, por la sangrienta guerra civil que se desató en la década de 1980, y que quiérase o nó, dejó infinidad de muertos, desaparecidos, lisiados y también dejó sumido al país en una pobreza e inestabilidad social, de la cual aún hoy no logramos salir.

Como dije, Perquín está situado en la zona norte del departamento de Morazán a 214 kilómetros de la Capital. Es un pequeño pueblito escondido entre cerros y pinares, ícono innegable de la historia de la guerra y uno de los sitios más apacibles para vivir. Nuestro viaje, comenzó bien temprano, Verónica, su tía Antonia, quien nos visita desde Australia; su tía Chus, quien vive en Costa Rica, Maty y su servidor nos reunimos en la casa de Verónica para comenzar esta travesía, la cual desde su inicio se volvió toda una aventura, con la Panamericana como compañera de viaje.

Nuestra primera parada la hicimos en el Puente Cuscatlán para contemplar al Padre Lempa y a la presa hidroeléctrica 15 de Septiembre, la última de cuatro represas ubicadas en el trayecto de este nuestro río que es el más largo del país y que es fuente de energía, alimento y trabajo para mucha gente. Luego de un breve descanso, continuamos nuestra travesía pasando por la Cuidad de San Miguel y siguiendo de largo hasta "el 18" lugar donde la ruta Militar conecta con la carretera que lleva hacia San Francisco Gotera, cabecera departamental de Morazán y sigue con rumbo norte por la denominada Ruta de la Paz, bautizada con este nombre a manera de homenaje por las víctimas de las innumerables masacres llevadas a cabo en lugares emblemáticos como El Mozote, Arambala y el mismo Perquín en la década de 1980. Todos los pueblos ubicados en esta ruta tienen recuerdos muy marcados de la guerra, y en cierto modo, esta historia los vuelve atractivos a los ojos de los turistas nacionales y foráneos. Nos detuvimos a desayunar en el medio de la ruta entre el 18 y Gotera y minutos luego, atravesamos la ciudad de San Francisco, una ciudad pujante y ruidosa, no muy grande pero con mucha actividad comercial. Salimos de la ciudad y volvimos a la carretera con rumbo norte. Algunos kilómetros luego, nos detuvimos a contemplar al otrora magestuoso Río Torola, del cual tengo un recuerdo muy bonito en mi primer viaje a Perquín en 1995, cuando este río era inmenso, caudaloso y ruidoso. Hice el comentario a mi amiga Verónica sobre la desilusión del paisaje del Puente y Río Torola, jamás imaginé verlo tan seco, tan silencioso y tan muerto. - Es culpa del hombre, en el norte han talado el pinar y por eso su río ahora está así. Obviamente la mano del hombre siempre se encarga de extinguir paisajes como este, y en casos como este, la madera es el epicentro del problema. La necesidad ha hecho que los bosques de pinos de la zona desaparezcan y por consiguiente, el cauce del río se vea disminuido grandemente. A media mañana, luego de viajar entre montañas, acantilados y hermosos paisajes, llegamos a nuestro destino, El Museo de la Revolución Salvadoreña, ubicado en las afueras de Perquín. El museo alberga entre sus paredes muestras del armamento usado por la extinta guerrilla, y también por la fuerza armada, hay muestras de implementos como botiquines, uniformes, radios y otros dispositivos de comunicación, documentos, fotografías y propaganda. En este último rubro se puede observar mucha propaganda internacional de los movimientos que apoyaban a los grupos armados. Como fiel testigo del poderío de los grupos, en los patios del museo se pueden observar también restos de las aeronaves derribadas al ejército y también hay una exposición del armamento de alto calibre usado para este fin. El visitante puede observar también como operaba la famosa Radio Venceremos, medio de comunicación radial clandestino el cual aún transmite en las ondas cortas desde la misma localidad. En una de las salas del museo hay una réplica de la cabina original de la RV y mucha referencia de su operación, así como los transmisores, consolas y otros dispositivos usados en aquella época de transmisión clandestina. En las afueras del museo, hay también una exposición de los vehículos blindados que usaron los comandantes Schafik Hándal, Nidia Díaz y otros personajes durante su exilio en México y luego del conflicto en nuestro país. También hay una bomba de 500 libras en exposición junto al agujero que perforó en la tierra al caer. Al terminar el recorrido del museo, ascendimos al cerro Perquín, donde hay muestras de trincheras y tatús empleados para defenderse de los ataques de la fuerza armada. Estos últimos son senderos subterráneos hechos para el transporte de tropa e insumos para el combate. Desde la cima de esta colina, el visitante puede contemplar hermosos paisajes de las montañas del norte, de la ciudad de Perquín y de los pinares de la región. Tras apreciar el singular paisaje, descendimos para volver a la carretera y encumbrarnos en los cerros circunvecinos por una calle abalastrada hasta llegar al río negro en cuyas riberas degustamos de un rico almuerzo y descansamos un rato a la sombra de los pinos y deleitándonos con el sonido del agua corriendo. Esta es una experiencia poco común en nuestros días, pero en estos puntos remotos del país aún se puede disfrutar de un río de aguas limpias con peces y una tranquilidad que invita al total relax. Tras un suculento almuerzo, y un merecido descanso para nuestra piloto asignada, a media tarde emprendimos el retorno a casa, un viaje cansado pero que nos dejó a todos con un buen recuerdo y más ganas de seguir explorando esta linda tierra. Como siempre, el agradecimiento infinito a mi amiga Verónica por compartir sus ideas y por permitirme ser parte de esta aventura junto a sus tías. Como siempre, dejo este link con todas las imágenes de esta aventura.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Un tour entre volcanes

Domingo 16 de diciembre, 2007.-

Antes de comenzar esta nota, quiero agradecer de manera muy especial a mi amiga Verónica, a su tía Antonia y a mi amiga Ana por dejarse consentir y cuidar por su servidor en esta aventura.

Con ganas de quemar combustible, planificamos mi amiga Verónica y yo un paseo para su tía Antonia, quien nos visita desde Cangurolandia. La semana anterior las acompañé en un viaje mágico a Perquín, pero que no será incluido en este blog, porque no fue a bordo del Chucho. En su defecto, pueden echar un vistazo en nuestro blog hermano. Esta vez, me tocaba conducir a mí, y que mejor viaje, que explorar un poco la belleza de los volcanes, un verdadero reto para mi carrito, el cual para mi orgullo, superó con la confianza de siempre todas las pruebas de montaña a las que fue sometido.

Así pues, emprendimos la ruta en un viaje entre volcanes, el cual iniciamos en el volcán de San Salvador, vecino eterno de todos los capitalinos, el cual tiene muchos secretos y rincones mágicos como el que disfrutamos como primera parada del recorrido. El ascenso fue algo único, una carretera llena de color y aroma, de cantones y caseríos y gente que vive la vida de una forma más relajada que la mayoría de habitantes de la urbe.

Nuestra primera parada fue en un sitio hermoso llamado Café Miranda, un sitio lleno de paz y con un imponente paisaje para deleitar con un Expresso, un Chocolate o un Americano a la sombra de los árboles y la naturaleza. Café Miranda está ubicado en el antiguo casco de la finca del mismo nombre, en medio del recorrido entre Santa Tecla y Quezaltepeque. Personalmente sugiero este lugar para dejar tirado el estrés cotidiano y ganar un poco de buena vibra que bien cae. Cogimos una mesa, y ordenamos algo de beber acompañado de un postre, personalmente sugiero la quesadilla del lugar, aunque los pasteles que deleitaron mis acompañantes no estaban nada mal. Entre deleite y paisaje, conocimos las instalaciones, que incluyen las vistas hacia los valles de zapotitán y San Andrés y los cerros de Nejapa y el imponente Guazapa, así como vistas a la zona norte de la capital y la ciudad de Quezaltepeque.

Rato más tarde, continuamos nuestro viaje rumbo a occidente, tomando como punto de escala el hermoso lago de Coatepeque. Recorrimos un par de kilómetros en la ruta de descenso hasta llegar al mirador, desde donde se puede observar la belleza del lago, así como los ascensos de los volcanes de Santa Ana ó Ilamatepec y el hermoso volcán de Izalco. La belleza de singular paisaje invita a tomarse el tiempo para admirarlo y claro revivir viejas aventuras y añadir más al cúmulo de historias para los nietos, y claro, disfrutar a plenitud de la vista, del clima y de la compañía. El lago de Coatepeque es básicamente un volcán antiguo tipo caldera, situado en una de las zonas más inquietas de mi país. Tiene como vecinos a otros dos volcanes más jovenes los cuales están incluidos en nuestra ruta. Debido a lo extenso de nuestra travesía y al tiempo mismo, volvimos a tomar carretera, rumbo al parque nacional Cerro Verde, situado al extremo sur del lago de Coatepeque. La ruta hacia ese lugar, bordea el lago y hay diferentes sitios para observar la belleza del lago, obviamente, nos detuvimos en los miradores que ha dispuesto el ministerio de turismo de El Salvador, pues este hermoso lago vanidoso tiene distintas caras las cuales pueden observarse a lo largo de la carretera que lo bordea. Durante el ascenso al Cerro Verde, encontramos otro mirador más, y luego de unos minutos llegamos a uno de los sitios más bonitos que hay en el recorrido. El parque nacional Cerro Verde tiene una historia curiosa, Situado entre las cimas del Volcán Ilamatepec y el Izalco, se halla el cerro verde; desde cuya cima el visitante puede deleitar la vista con los paisajes de los volcanes, así como del lago de Coatepeque. A mediados de la década de 1960, el antiguo ISTU (Instituto Salvadoreño de Turismo) construyó un hotel para que la gente pudiera observar de cerca la actividad del Izalco, mejor conocido como "Faro del Pacífico" el cual, mantuvo cierta actividad volcánica, la cual cuentan era un hermoso espectáculo, fenómeno que se remonta hasta mediados del sigo XIX. Casualmente previo a la inauguración del hotel y el parque, el Izalco se fue a dormir, dejando ilusionados a todos los que soñaron con visitar el hotel y apreciar el fenómeno durante la noche. Del otrora hotel de montaña solamente están las ruinas, pero aún así la hermosa vista del Izalco dormido es impresionante. El parque tiene otros atractivos no menos valiosos que el Izalco, Hay senderos que llevan al turista al mirador del lago, hay un orquidiario, áreas de pic-nic, y un clima riquísimo que invita al deleite y al relax. Siendo Izalco uno de los volcanes más hermosos de mi país y mi favorito por cierto, dediqué mucho rato a disfrutarlo, a vivirlo y claro a compartirlo con mis tres amigas. Siendo hora del almuerzo, y luego de apreciar la belleza del lugar, emprendimos el descenso, para el último punto de interés de nuestro viaje. Dispusimos bordear la cadena volcánica para almorzar en uno de los rincones mágicos de este país. Bajamos del Cerro Verde hasta llegar a la autopista que conecta San Salvador con la Ciudad de Sonsonate, para luego ascender nuevamente por la preciosa ruta de "Los Naranjos" que une a Sonsonate con Santa Ana. Una ruta llena de café, gente alegre y paisajes de todo tipo. Situado en el punto más alto de la ruta, el municipio de Los Naranjos, tiene entre sus atractivos un restaurante muy acogedor, con envidiable clima, hermosas vistas de los cafetales y del volcán de Santa Ana, un rinconcito llamado Paso del Alaska, donde el buen comer y el paisaje se juntan para ofrecer al visitante un deleite total, y obviamente una experiencia única. Personalmente no me canso de visitar y recomendar el lugar a mis amigos, vale la pena el viaje para la experiencia que se vive. En Alaska, comimos como reyes, disfrutamos de lo verde y descansamos del viaje. Como bien dice el slogan del lugar, Un conjunto cautivador, donde se sirve buena mesa entre naturaleza y paisajes. Luego de la comilona, nada mejor que un delicioso café, acompañado del hermoso atardecer, lleno de tonos naranja que contrastan muy bien con el verde de los cafetales. Desgraciadamente, el tiempo es el peor enemigo de los aventureros, así que con las últimas luces del día, emprendimos el retorno a casa, sin antes dedicar unos minutos a contemplar la belleza singular del lugar y tomar unas fotografías para el recuerdo. Sin duda alguna, este paseo, este tour de los volcanes ha sido una de las aventuras más gratas de mi vida, tanto por la gama de sensaciones vividas, los infinitos paisajes deleitados y la compañía que dio ese toque especial al paseo. En mi galería de fotos en Picasa, dejo para ustedes una galería completa de imágenes de este viaje.

Intro: Bienvenidos!

Les presento a mi querido Chuchomóvil, mi adorado Corolla DX 1989, el cual ha sido desde el primer día que lo conduje mi inseparable compañero de batalla y aventura. Juntos hemos tomado a bien la tarea de recorrer mi país junto con un mapa y una cámara digital con la finalidad de mostrar al mundo las bellezas que tiene El Salvador para todos. La Bitácora del Chuchomóvil, es básicamente la historia de mi vida como conductor y aventurero, un rincón en la Internet para mostrar al mundo lo hermoso que puede ser un país aunque sea uno chiquito como el mío y de paso para plasmar las aventuras y desventuras de un vagabundo amante de la fotografía, del paisaje y de las letras.

En mis notas el lector encontrará información referente a los diferentes sitios de interés, con un toque más familiar, pero con la mayor cantidad de información posible, ya que el concepto de mi blog es ser una fuente de consulta, lo cual se logra con la investigación "in situ" sumado al material adicional que dejo en cada nota por medio de vínculos a sitios seguros como Wikipedia, donde el lector puede enriquecer su búsqueda con la información que como redactor e investigador considero necesaria saber sobre los destinos mostrados en mis notas y que ya he filtrado para ustedes por medio de mi investigación durante la redacción de mis entradas en el blog.

Aunque el estándar del blog es llevar un registro cronológico de entradas, mi blog pretende romper con ese esquema, ya que al ser un medio orientado a la consulta, pueden ser leídas sus entradas obviando orden alguno, ya que la idea es ofrecer un buen surtido de datos sobre las búsquedas halladas dentro de mis notas. Sugiero al lector satisfecho agregar mi vínculo a sus favoritos, e invito a ser parte de este proyecto contribuyendo con los comentarios que son siempre bienvenidos; y por que nó, efectuar una donación simbólica a la causa clickeando sobre la propaganda si mi sitio ayudó a saciar sus necesidades de información.

¿Que por qué el nombre de Chuchomóvil? Simple. Soy amante de los caninos, y en mi tierra, llamamos chucho a los perritos callejeros en especial y a todos los perros en general; y no se me ocurrió un nombre más original para mi carrito que ese, pues al igual que los perros, el chuchomóvil es muy fiel, pues aunque a la fecha, como cualquier carro, me ha dejado varado un par de veces ya; en general suele ser un vehículo muy fiel y bueno en la carretera. Invito pues a aventurarse en mis relatos y mi muestra fotográfica, la cual espero pueda ser una fuente valuable de información y por que nó, de entretenimiento.

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