domingo, 8 de junio de 2008

A la caza de buenos precios

Domingo 8 de junio, 2008.-

Hace un par de post atrás, hacía el comentario relacionado a los cambios forzosos que los precios de los combustibles han hecho en los automovilistas en lo que va del año. Uno de esos cambios es el de rebuscarse más por una estación de gasolina que ofrezca un precio menor al de la mayoría. En esos cambios me incluyo yo, pues aunque siempre ando atento a las estaciones que tienen los precios más bajos; desde que la gasolina llegó a cuatro Dólares por galón, me fijo más en aquellas estaciones que venden más cómodo y he dejado de cargar gasolina en las que acostumbraba hacerlo. Una de las gasolineras que esta semana ha vendido a un precio relativamente bajo en San Salvador es la Texaco Gerardo Barrios, la cual tiene el galón de la Premium a $ 4.63 por galón servido en autoservicio.

El lunes cargué gasolina en dicha estación la cual estaba a 4.65, y entre semana pasé de nuevo por allí y noté que la gasolina no había sufrido cambio. Así que hoy, me encaminé a cargar otra vez, y para mi sorpresa, estaba dos centavos más barata. ¡Que alegría! ya que la Texaco que está cerca de mi casa, tenía la gasolina súper a $ 4.73; y otras ESSO y Shell que habían en mi ruta la tenían a 4.68, y 4.85 respectivamente.

Creo que muchos conductores coincidirán conmigo en que debería haber un control más riguroso de los precios por parte del ente regulador, nuestro flamante Ministerio de Economía, y que debería establecerse una ley que de plano force a los distribuidores de combustibles a aplicar los precios que se anuncian cada semana en las noticias. Los gasolineros le llaman comportamiento geográfico, pero a veces pienso que se pansan... ya que aplican los cambios de los precios con alzas adicionales.

Lo más divertido es, que esta semana, los noticieros abarrotaron los espacios con la noticia que una nueva compañía distribuidora abre operaciones en el país, cualquiera diría que las proyecciones de los petroleros son positivas, aún sobre los precios altos y la baja demanda de combustibles que sugieren las calles con menos vehículos, algo que me hace pensar un montón de tonteras y me produce cierta risa.

Yo mejor, luego de cargar a mi Cánido metálico dispuse dar un par de vueltas por la ciudad, recorrer el Bulevar Venezuela, pasando por donde hacen las casas de chucho, y conducir un poco sin estrés acompañado de la buena música que pone la Radio Láser los domingos por la tarde. Ni modo, estos tiempos me están forzando a no dar muchas vueltas con mi carrito y usarlo para lo estrictamente necesario.



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