Domingo 9 de Noviembre, 2008.-
Tras dejar el sitio arqueológico Joya de Cerén, continuamos nuestro recorrido incorporándonos a la Panamericana, orientando nuestras narices al occidente. A 10 minutos en vehículo y a 5 kilómetros en línea recta de Joya de Cerén, se ubican las ruinas de San Andrés, un antiguo asentamiento de influencia Maya que data, según los estudios, de los años 900 a.C. y que fue abandonado alrededor del año 420 d.C., en la época de la gigantesca erupción de la caldera de Ilopango que forzó a la migración de muchos asentamientos humanos de la región.
San Andrés se presume fue uno de los centros prehispánicos más importantes de El Salvador. Se cree llegó a ser una capital regional entre los años 600 y 900 de nuestra era, y estaba constituido de un centro monumental, rodeado de una vasta comunidad residencial, la cual incluía a Joya de Cerén. Además se presume que fue una ciudad que mantenía extensos nexos comerciales con otras ciudades Mayas de la época, ya que en las excavaciones realizadas en el sitio se han encontrado restos de incensarios, reliquias y otros objetos que provienen de sitios tan distantes como el Petén en Guatemala y la zona norte de Belice, donde prosperaron grandes asentamientos como Tikal y Xunantunich. También hay evidencias de comericio con Copán en Honduras y otras ciudades importantes de la Mesoamérica como Tehotihuacán en el centro del actual México. Dada su posición geopolítica, se asume que San Andrés también era una ciudad de mucha influencia en el actual valle de Zapotitán, y que recibía el tributo de asentamientos como el del valle de las Hamacas, donde se ubica la actual capital de la República de El Salvador. Por cierto, no hay un dato preciso sobre el nombre que le dieron los habitantes a este lugar, si alguien tiene este dato y quiere compartirlo, no dude en hacerlo para enriquecer más esta nota.
Nuestro itinerario en el Sitio Arqueológico San Andrés inicia en el museo, donde se exhiben todos los hallazgos producto de las diferentes excavaciones que se han dado en el sitio desde 1940, así como muestras en palabra e imagen de la vida cotidiana de los habitantes de esta urbe, así, el visitante puede observar desde como elaboraban sus alimentos, como trataban a sus difuntos y también puede observarse con detalle cuan hábiles eran observando el legado en barro, obsidiana, piedra y madera. Este museo tiene en su inventario una vasta colección de objetos hallados en el sitio y en los diversos asentamientos alrededor del casco de la ciudadela.
Tras finalizar el recorrido por el museo, salimos al campo donde se hallan las estructuras. San Andrés, como la mayoría de ciudades Mayas, está constituida por una Acrópolis, palabra derivada del latín "ciudad en alto", que básicamente es un emplazamiento sobre una elevación natural. Esto era hecho con el afán de proteger a la ciudad y dar un mejor punto de observación contra posibles invasiones enemigas. Al igual que los Griegos y Romanos, los Mayas usaban este sistema para resguardar sus estructuras de importancia. Además de la Acrópolis, el complejo tiene una plaza mayor, y otras estructuras importantes como la pirámide de "La Campana" que está en proceso de restauración por parte de FUNDAR, entidad que administra este parque desde 2005. Durante nuestra visita pudimos observar el excelente nivel de conservación y restauración hechos por esta entidad, pues han sido protegidas las estructuras con un cerco perimetral para que nadie camine sobre ellas, además del mantenimiento ornamental que se le dan a las mismas, evitando el crecimiento de plantas sobre las mismas y dando constantes revisiones a las estructuras expuestas para minimizar su deterioro.
Tal vez San Andrés no sea tan impresionante como lo pueden llegar a ser estructuras de ciudades emblemáticas del Impreio Maya como Tikal, Copán o Palenque, pero básicamente aquí, sin ir tan lejos, se puede observar con detalle como era la organización de las ciudades. En la Acrópolis se reune el templo mayor al centro, varias estructuras anexas, una plazuela donde se presume se podían observar las diferentes actividades realizadas por el gobernante y sus allegados, y en los extremos norte y poniente del emplazamiento se hallan dos estructuras que han sido llamadas "Los Aposentos" donde se cree habitaba la élite gobernante del lugar. En estas estructuras habitaban y daban audiencia las altas autoridades de San Andrés.
Tras observar la singular belleza del lugar y usar la imaginación para recrear como era la vida en el apogeo de esta ciudad, tomamos un merecido descanso a la sombra para luego dejar el recinto y buscar el área de pic-nic del parque para deleitar nuestros alimentos y comentar sobre nuestro viaje durante la comida.
San Andrés tiene además del museo y el parque arqueológico, un anfiteatro, un área de pic-nic, una cafetería, una zona para la venta de souvenirs, servicios sanitarios y tarifas accesibles para locales y foráneos. Solamente tengo una crítica para los administradores del parque. El área de pic-nic tiene a bien varias mesas para que los visitantes descansen y se deleiten de los sagrados alimentos luego de la visita al parque, pero es una lástima el nivel de deterioro que las mismas presentan, así que exhorto a las autoridades correspondientes a tomar cartas en el asunto, pues el parque en general vale la pena visitarlo por su alto legado histórico, pero también no deben dejar de lado el factor comodidad pues el área de pic-nic deja mucho que desear. Nosotros por nuestra parte, decidimos buscar la sombra de un árbol a las orillas del río Sucio, que cruza a un costado del asentamiento donde degustamos de nuestros alimentos y departimos sobre la belleza del lugar y nos preparamos luego de un suculento descanso para continuar nuestra travesía en nuestra tercera parada de este viaje lleno de historia. Invito a que continúen este viaje en la tercera parte, donde haremos una parada en otro lugar lleno de magia e historia: Tazumal.
Dejo una muestra fotográfica de nuestra visita a San Andrés para su deleite.
Fotografía que muestra el mapa ilustrativo del complejo y a la izquierda se puede leer la información referente al sitio para mejor entendimiento por parte del visitante. Esta imagen es de alta resolución, puede leerse el texto dando clic sobre ella.
Figurilla de obsidiana encontrada en la estructura 7, la cual se presume era usada para hacer ofrendas a los dioses y celebrar actividades de índole religiosa. Según las investigaciones, esta imagen proviene del Norte de Belice.
Arriba:Imagen de la estructura 1, vista desde su costado sur-este. Abajo, la misma estructura vista de frente
Acá se muestra la estructura llamada "Los Aposentos" donde se presume habitaban las altas autoridades de San Andrés.
Estructura 7 vista desde su costado sur y norte. En las excavaciones realizadas a esta estructura se encontraron diferentes artefactos que sugieren que ésta era usada con fines religiosos
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