Domingo 11 de Enero, 2009.-
Sin dudarlo dos veces insisto que este país chiquito al que Dios me envió a vivir me sorprende cada vez con sus rincones mágicos, con sus paisajes sin rival y con la belleza de sus pueblos grandes y pequeños. Esta tarde, en compañía, y por sugerencia -muy atinada- de mi Preciosa Irene, descubrimos, en compañía del mimado Bólido Canino, uno de estos hermosos lugares, donde, sin invertir mucho, el viajante puede dejarse llevar por la singularidad de una ciudad tímida, pero llena de vida a la vez. Santiago Texacuangos es una pequeña ciudad ubicada a sólo 15 minutos en vehículo, al sur de la capital, en el límite sur del departamento de San Salvador. Esta ciudad, cuyo nombre tiene una porción en Nahuatl, Texacuangos, significa "lugar amurallado"; es una de las ciudades ubicadas en el trayecto de la Ruta Panorámica que circunda la parte sureste del Lago de Ilopango, que como ya he expresado en anteriores oportunidades, es uno de los más interesantes volcanes de mi país. La belleza de Santiago Texacuangos, radica en la tranquilidad que se siente al caminar por las calles de la ciudad y claro, por uno de sus atractivos más importantes y envidiables por muchos otros municipios, como lo es su parque central, desde el cual el visitante puede deleitarse con una vista general del lago, y de los cerros de Guazapa y Nejapa, así como la parte sur del Cerro de San Jacinto y el Volcán de San Salvador; todos en conjunto regalándonos un paisaje digno de una fotografía calidad National Geographic, o en el mejor de los casos, una experiencia más que sublime del paisaje circundante al Lago de Ilopango. Como un dato adicional sugiero a quien desee hacer una visita a esta ciudad, hacerlo a través de la calle vieja, que inicia en la ciudad de San Marcos, pasando por Santo Tomás, es una calle de baja velocidad que inspira a bajar los vidrios del vehículo y disfrutar de sus aromas, de sus paisajes y de su delicioso clima.
Santiago, ha sido pincelada también por la historia. Ha sido la cuna de personajes de trascendencia nacional, como Mélida Anaya Montes, agerrida mujer, maestra de profesion, quien a mediados de la década de 1970 impulsó al gremio magisterial a apoyar al Bloque Popular Revolucionario (BPR), una de las estructuras que luego fortalecerían las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), una de las cinco organizaciones que a principios de los años 1980 conformaran el Frente Militar Farabundo Martí Para la Liberación Nacional (FMLN). También en esta ciudad, descansan los restos de uno de los Próceres firmantes del acta de Independencia de Centroamérica, el Presbítero José Mariano Calderón, quien además fungió como presidente provisional de la Asamblea Constituyente del Estado de El Salvador. Durante su breve período, fue él quien redactó en Abril de 1824, la primera Constitución del Estado de El Salvador. Tras su breve período en la Asamblea volvió a esta ciudad a ejercer el sacerdocio hasta su muerte en abril de 1826. En la fachada de su hermosa iglesia dedicada a la Adoración del Cristo Negro de Esquipulas y teniendo como patrono a Santiago Apostol, yace una placa que rinde honores a este personaje olvidado por muchos, pero que la historia le dio un lugar consagrado por ser quien redactó la primera ley de aquella joven Nación.
Tras visitar la iglesia, deleitarnos los sentidos con el envidiable paisaje y la grata compañia, decidí aprovechar las últimas luces del día para deleitar un poco más los sentidos de mi adorada compañera de viaje, a quien en agradecimiento por el paisaje que me regaló, llevé hasta la pequeña ciudad de San Francisco Chinameca, situada a 10 kilómetros de Santiago, para que se deleitara con otras vistas del lago, visitar esta ciudad y cerrar el día con un espectacular atardecer desde el mirador ubicado en las afueras de Chinamequita, como cariñosamente llaman los lugareños a esta ciudad.
Quiero dedicar esta nota y agradecer infinitamente a mi querida Irene, por sugerir este paseo, lleno de azul, paisaje, detalle, y claro, su excelente compañía. Dejo para ustedes un par de imágenes para que se animen a rodar el asfalto y explorar esta hermosa ruta y estas singulares ciudades que al igual que mi hermosa acompañante saben robarse mi corazón por su singularidad, su genialidad y belleza.
De un humilde, pero bello acabado gótico, la iglesia de Santiago Texacuangos al atardecer.
Una emblemática Ceiba Centenaria adorna con sus flores y su frondosa sombra el parque de Santiago Texacuangos.
Otra vista del Lago de Ilopango desde San Francisco Chinameca.
Una foto para el recuerdo, desde el parque de Santiago Texacuangos
Una emblemática Ceiba Centenaria adorna con sus flores y su frondosa sombra el parque de Santiago Texacuangos.
Otra vista del Lago de Ilopango desde San Francisco Chinameca.
Una foto para el recuerdo, desde el parque de Santiago Texacuangos
1 comentario:
Que original paseo te diste, eh?? Por lo interesante q pintas este pueblito hasta ganas me dieron de visitarlo. Gracias por compartir las fotos y los datos con nosotros.
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