Domingo 28 de Setiembre, 2008.
Desde hace varias semanas habíamos postergado mi amiga Verónica y yo, el darnos un tiempo para recorrer la carretera y deleitarnos los sentidos con las bondades de esta tierra linda inspiración de esta Bitácora. Habíamos mantenido en borrador un paseo que nos llevara por la Ruta Panorámica del Lago de Ilopango, una de las nuevas rutas impulsadas por el Ministerio de Turismo, para disfrutar un poco más de las bellezas de este terruño nuestro llamado El Salvador. Antes de comenzar nuestra aventura, quiero dar la bienvenida oficial a un nuevo miembro mecánico en la élite de este espacio, el Camioncito de Verónica, un vehículo de carga liviana, machete de mi amiga y en varias ocasiones, motivo de diversión. Prometo rellenar este espacio con más historias con nuestro singular amigo, al que le tengo un aprecio especial por las aventuras vividas y los lugares visitados junto a su piloto.
Como ya comenté, desde hace algunas semanas, habíamos venido posponiendo este viaje y otro par más, por las mismas cosas de la vida que impiden que las cosas buenas podamos disfrutarlas, el trabajo, las responsabilidades, el precio de la gasolina, etcétera. Pero ayer, luego de una amena tarde de charla y clases de veterinaria, decidimos que era justo tomar la carretera de una vez por todas y recorrer la dichosa Ruta Panorámica que circunda la zona sur del Lago de Ilopango, ruta que conecta a varios pueblos pintorescos desde Santo Tomás en San Salvador, hasta Cojutepeque en Cuscatlán, pasando por otro montón de lugares hermosos de los departamentos de San Salvador, La Paz y Cuscatlán, los cuales comparten las aguas de este hermoso lago.La mayoría de la gente, cuando evoca a este singular lago, se ubican en las playas de Apulo, algunos más osados, hablan de Asino, ambos lugares interesantes para disfrutar de las aguas de este viejo volcán tipo caldera cuya última erupción data de 1880. Ilopango, que en Nahuatl significa Campo de Maíz Tierno, es pariente cercano de otros contemporáneos geológicos: Guazapa y Coatepeque, este último de similares características, aunque este último es más pequeño que Ilopango. Nuestra aventura comenzó luego de cargar con combustible al Camioncito, en una gasolinera al sur de San Salvador. Decidimos transitar la calle vieja que conecta a San Salvador con la ciudad de Zacatecoluca, cabecera departamental del departamento de La Paz. Esta ruta de poco tránsito esta cargada de verde, de tranquilidad y de varios sitios interesantes en su ruta. Optamos por esta ruta porque mi amiga no conocía dicha calle y también porque se prestaba a conducirla por el clima lluvioso que nos acompañó en gran parte del recorrido, que nos dio un delicioso clima para viajar, pero nos ocultó muchos de los paisajes del lago, por la bruma que atrae la zona, la cual está llena de cafetales y bosques frutales y rústicos.
Así pues, salimos de la ciudad, pasando por las ciudades de San Marcos y Santo Tomás. En las afueras de esta última, se encuentra el desvío hacia la Ruta Panorámica. En este punto convergen varias calles: La que te lleva hacia Zacatecoluca pasando por Olocuilta, la cuna de las pupusas de arroz; varias calles marginales y la ruta de nuestro interés. Por falta de señalización, y por ir disfrutando de la calle, el clima y la conversa, tomamos por equivocación la ruta a Zacate, pero fue una decisión buena, pues en esta ruta también el viajante puede relajarse la vista con hermosos paisajes, una carretera sin estrés y un clima delicioso. Minutos luego, llegamos a la ciudad de Olocuilta, donde mi compañera de aventura optó por el retorno, sin antes sacar una foto de la iglesia de la ciudad, la cual está en las fases finales de su construcción. rTras dejar la ciudad, retornamos por la autopista Comalapa hasta Santo Tomás, donde emprendimos el tránsito por la Ruta del Lago.
Esta ruta inicia en las afueras de Santiago Texacuangos, e inicia un ascenso hasta llegar a la ciudad de San Francisco Chinameca, donde nos detuvimos un instante a contemplar al Ilopango, en una de sus vistas menos conocidas ya que históricamente, las vistas más comunes de este lago son las hechas desde la zona norte del mismo, es decir, desde la zona de San Martín e Ilopango, ciudad que le da el nombre a este lago. Tras disfrutar por un momento la quietud del paisaje y la bruma de la zona, continuamos de nuevo nuestro recorrido lleno de curvas, ascensos y pendientes, hasta que encontramos uno de los nuevos miradores que está constuyendo el MiTur en la ruta, en uno de los puntos más interesantes del recorrido, ya que este mirador está ubicado en un tramo de la calle en el cual, lieralmente hay un barranco a cada lado de la calzada; de un lado se puede apreciar el lago, y del lado contrario el observador puede deleitarse con paisajes como el cerro El Tacuazin, donde el Rey de los Nonualcos, Anastasio Aquino se ocultaba de las autoridades que lo buscaban por sus ideales de libertad. He de decir que en este punto las vistas son hermosas y el clima es espectácular. A un par de kilómetros de este punto, se encuentra un entronque que lleva a las ciudades de San Miguel y San Juan Tepezontes, ambas ciudades empapadas de tradición, historia y tranquilidad. En nuestro recorrido, hicimos una parada en San Miguel Tepezontes, que se hallaba en medio de su fiesta mayor, dedicada a San Miguel Arcángel. Al entrar al pueblo nos topamos con una pequeña caravana la cual iba acompañada por una banda de paz, todos recorriendo las principales calles de la ciudad rumbo al centro, donde las cachiporristas realizaban sus mejores bailes al son de la banda mientras la gente del pueblo prendía cuetes de vara, que le dan ese sabor tracicional a las fiestas. Para nuestra mala suerte, previo a nuestro arribo a la ciudad, se había realizado frente a la iglesia una de las más coloridas danzas tradicionales del país y de las Américas: La danza de los Historiantes o de los Moros y Cristianos. Luego del viaje, buscamos en la Internet algún reportaje o similar sobre esta tradición, pero no hay ningún referente exacto. Según logramos averiguar, esta danza originalmente heredada de los conquistadores Españoles, evoca las batallas vividas en la península Ibérica durante la ocupación de grupos Musulmanes en el siglo XV. En nuestras tierras la tradición se ha tropicalizado mezclando la tradición local con la versión original, creando una danza en la que los Historiantes lucen trajes coloridos con una corona de latón y otros detalles que evoquen personajes Católicos. en nuestras tierras, la danza incluye la personificación de historias y leyendas que van desde la de David y Goliat, hasta la vida del Rey Carlos V que reinó gran parte del viejo mundo en la época de la conquista de Pedro de Alvarado. Tras un merecido descanso para mi compañera de viaje, y luego de degustar un rico sorbete frente al parque del pueblo, continuamos nuestro recorrido por la Ruta Panorámica la cual desde este punto de la ruta comienza a alejarse cada vez más en su recorrido hacia la ciudad de Cojutepeque, donde al cabo de unos minutos más sobre la ruta, llegamos para degustar un sabroso almuerzo en el Cerro de las Pavas, un sitio muy concurrido por la veneración a la Vírgen de Fátima, y por la variedad de actividades que pueden realizarse en este eco parque. Almorzamos de lo lindo, un delicioso plato típico de carne asada con chorizos, casamiento y tortillas tostadas. Mi amiga degustó un plato similar pero con un delicioso filete de pollo a las brazas con una sazón básica pero deliciosa. Tras el suculento almuerzo que nos dejó a ambos totalmente satisfechos, visitamos a la Vírgen y dispusimos el regreso a la ciudad porque la lluvia amenazaba con arreciar y comenzaba a hacerse tarde. Previo al regreso a San Salvador, hicimos una parada curiosa en Monte San Juan, un lugar que a ambos nos había llamado la atención, pero que dejaremos para otra nota. Durante el regreso, una sensación de total satisfacción nos invadió a ambos, quizá debido al almuerzo, por lo que terminamos nuestra aventura degustando un delicioso café con postre en una nueva opción para los coffee lovers: Mecafé Gourmet, un lugar donde el café, la pastelería, y la conversa se reunen para crear un excelente momento.
Como siempre, agradezco a mi querida amiga por la molestia de conducir, por compartir sus genialidades conmigo así como por los sabores, paisajes y lugares explorados en este viaje relajado, e igual invito al local y al foráneo a aventurarse y disfrutar de las bellezas que este terruño tiene para todos.
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