domingo, 26 de julio de 2009

San Juan Opico: La ciudad de los sacrificios

Domingo 26 de Julio, 2009.-

San Juan Opico es una de esas ciudades policaféticas de mi patria chiquita, una ciudad con historia a montones, gente pujante, y una de las ciudades más versátiles del departamento de La Libertad, gracias a la industria y a la agricultura. Ubicada a 42 kilómetros al occidente de San Salvador, San Juan Opico es uno de los polos de desarrollo más importantes de la zona, gracias a sus tierras fértiles, herencia de las erupciones de los volcanes de la zona, además esta ciudad conserva bellos vestigios de nuestro pasado histórico ya que cuenta con varios sitios arqueológicos como Joya de Cerén, el cual es patrimonio de la humanidad desde 1993 y el sitio arqueológico de San Andrés, una ciudad ceremonial de origen Maya. Además, en los últimos años, esta zona ha sido poblada por muchas industrias, las cuales dan sustento a innumerables familias de la zona, trayendo progreso para el municipio y sus habitantes.

De Origen Maya-Pokomame, Opico, que se deriva del toponimio Yulupico, que significa "Ciudad de los Sacrificios" le viene a bien su nombre, ya que si recordamos, San Andrés, ubicado a unos 6 kilómetros del casco urbano de la ciudad, es considerado como un sitio con fines ceremoniales; posiblemente los habitantes de influencia Maya que vivieron en la zona realizaban los ya conocidos sacrificios humanos de los cuales ya hemos hablado en este espacio. Esta zona es rica en asentamientos indígenas posiblemente debido a la fertilidad de las tierras de la zona que aún ahora es uno de los motivos que hacen atractiva a esta zona del país.

Durante nuestra visita a esta ciudad, apreciamos con detalle la hermosa Iglesia dedicada a San Juan Evangelista, patrono de la localidad. Esta bella estructura que data del siglo XVIII, de un fino acabado barroco lleno de sus típicos adornos que hacen tan definido a este estilo artístico. Su fachada es adornada con un reloj fechado en 1890, un campanario, la imagen del cordero sobre el tragaluz del atrio, y es rematado con una corona similar a la de la Virgen del Carmen, quien es venerada también en esta localidad.

Nuestro paseo por la ciudad nos llevó a recorrer sus callecitas empedradas y observar una ciudad que conserva mucha de su arquitectura antigua, con hermosas casas, gente alegre y un clima agradable. Durante las fiestas dedicadas a San Juan, se lleva a cabo una de los festivales más curiosos del país, el cual es el Festival de la naranja, en el cual se agradece a Dios por la cosecha ya que en esta zona del país se cultiva mucho este delicioso cítrico, el cual es codiciado por locales y que además es producto de exportación. Durante este evento, se realizan competencias del que "chupa más naranjas" y la elección de la reina del festival.

San Juan Opico es una de esas ciudades en las que el viajante puede encontrarse con muchas actividades por lo que invito como siempre a tomar carretera y encontrarse con las facetas de esta singular localidad.

Como siempre, una muestra fotográfica de esta ciudad para ustedes.

Imponente luce la fachada de la Iglesia de San Juan Evangelista, cuya construcción data de finales de 1700En esta secuencia de imágenes pueden observarse los detalles de esta hermosa iglesia colonial.El interior de la Iglesia con la imagen de su patrono San Juan al fondo.Mater Misericordiae, Imagen de la Virgen del Carmen.Durante nuestra visita, visitamos además la iglesia del Calvario, la cual fue construída en los años 1970.Interior de la Iglesia del Calvario de San Juan Opico.Detalles como este hermoso balcón son típicos en las construcciones de esta ciudad.
Esta imagen corresponde al edificio de la Alcaldía Municipal de San Juan OpicoSecuencia de imágenes que corresponden al parque central de Opico.Una más para el recuerdo, mi amada Irene y su servidor durante nuestra visita a esta hermosa ciudad.

domingo, 12 de julio de 2009

Tenancingo: Una villa que respira paz

Domingo 12 de Julio, 2009.-

Desde mi infancia, la cual viví en medio del conflicto armado que ensangrentó a mi patria en la década de 1980, era común escuchar, ver y leer noticias sobre enfrentamientos en las zonas circunvecinas del poblado de Tenancingo, el cual decidimos visitar en esta ocasión tras comentarle a mi amada compañera de viajes sobre un pueblito que en nuestros años de niñez fue crudamente lastimado por la guerra y que quíerase o nó, dejó honda huella en las memorias de todos los que vivieron en carne propia el calvario de salir adelante en medio de las balas. Una de estas ciudades, fue la ahora apacible villa de Tenancingo, un pueblo muerto a juicio de mi compañera, pero que viéndolo a trasluz, deja para el visitante una sensación de paz, la cual puede verse en sus calles de piedra y adoquín, en las que se respira un ambiente de tranquilidad, sin ruidos ni contaminación; en resumen un pueblito tranquilo que puede llegar a ser aburrido, pero en el que se puede vivir de una forma más pausada que en las grandes urbes como San Salvador.

Tenancingo, cuyo significado sería "Lugar de Pequeñas Murallas", ubicado en el departamento de Cuscatlán, es un antiguo asentamiento de origen Pipil quienes poblaron gran parte de la región paracentral del país. Con la llegada de los Españoles y el lógico crecimiento poblacional, la población fue reconocida como Santiago Tenancingo y se inició la construcción de su bello templo, el cual fue finalizado en 1717. Este templo, dedicado a Santiago Apóstol, ahora se encuentra en una lenta fase de restauración total debido al inevitable paso del tiempo. Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de conversar con una amable señora vecina de la localidad quien alegremente nos comentó sobre la vida cotidiana de la ciudad, la cual se encuentra próxima a celebrar sus fiestas patronales en honor a Santiago. Nos invitó a visitar la capilla provisional donde se encuentra una imagen del Apóstol quien es una de las figuras de más impacto en las tierras conquistadas por los Ibéricos al ser Santiago el Patrono de España. Según nos contó nuestra atenta anfitriona, la imagen actual del patrono no es la original, sino una réplica, ya que la imagen original, la cual con suma devoción la señora describió como hermosa y divina, fue sustraída de la parroquia por una vecina del lugar, que todos en el pueblo saben quien es y que nunca se supo su paradero.

Pero más allá sobre quien se robó a Santiago, esta pequeña localidad que cuenta actualmente con una comunidad de unos 4100 habitantes, quienes en otra época tuvieron que abandonar la localidad debido a la guerra, poco a poco regresaron para reconstruir su población. Muchos de ellos dedicados a labores agrícolas y a la producción de sombreros y otras curiosidades hechas de palma, una tradición que está extinguiéndose poco a poco. Un detalle digno de admirar en esta población es el nivel de cultura que muestra su gente, ya que es una de las ciudades más limpias que he conocido en mis viajes por nuestra tierra.

¿Cómo llegar? Tomando la Panamericana hacia Cojutepeque, toma el desvío hacia Santa Cruz Michapa y recorre los 15 kilómetros de calle que dista Tenancingo de Michapa. Esta ruta tiene tramos asfaltados en buen estado y hay un tramo de 7 kilómetros de vía abalastrada. También hay servicio de autobuses desde Cojutepeque y desde San Salvador.

Dejo unas imágenes de esta tranquila villa para ustedes.

En la actualidad, aunque muestra severos daños estructurales, la Iglesia de Santiago Tenancingo aún posee mucho de su hermoso acabado orginal.
Estas dos imágenes muestran la belleza de esta construcción. La primera data de 2003 y la imagen en Blanco y negro es de la época de la guerra. Imágenes tomadas del blog de la Villa de Tenancingo.Un hermoso campanario con detalles neoclásicos se alza a un costado de la fachada.
Tejas apliadas en la entrada principal de la Iglesia, la cual está cerrada al público debido a las tareas de reparación que se realizan al edificio.
Esta pequeña pero cómoda capilla es la casa provisional de Santiago.
Un vistazo al parque central de la Villa de Tenancingo.
Durante nuestra visita, pudimos observar una localidad aseada, tranquila y ordenada. En el parque central encontramos esta placa que homenajea a las primeras familias que retornaron a la localidad tras dejarla en un casi total abandono durante los años del conflicto armado.En la entrada a la localidad se encuentra esta hermosa ceiba que da la bienvenida al visitante.

sábado, 4 de julio de 2009

Suchitoto: Romanticismo, cultura y aventura

Sábado 4 de Julio, 2009.-

Como ya he plasmado en este espacio, tengo una gran admiración para esta emblemática ciudad que no deja de sorprenderme y enamorarme con todas sus bellezas, las cuales pueden ser admiradas en cada esquina, explorando sus rincones y disfrutando sus tesoros mejor guardados. Esta vez, junto a mi amada Irene, nos dimos una tarde de relax, asistiendo al concierto ofrecido por la Sinfónica Juvenil de El Salvador, en el marco de conmemoración del aniversario 151 de proclamación de ciudad, allá por el año de 1858. Además, en este viaje a la ciudad del Pájaro Flor, disfrutamos del romanticismo nocturno de su parque central, y por la tarde descubrimos uno de los tesoros mejor guardados de esta ciudad al visitar la singular cascada de Los Tercios.

Nuestro viaje, que era un regalo para mi amada por esta fecha especial para nosotros, nos llevaría al casco urbano de la ciudad, para asistir al Teatro de las Ruinas, y así deleitarnos con la ejecución de la Sinfónica Juvenil; pero como fieles seguidores de la aventura y el descubrimiento, orientamos previo a nuestro arribo a la ciudad, nuestros pasos para descubrir uno de los atractivos más curiosos de esta ciudad y del país en general. Así pues nos desviamos de la carretera para observar la curiosa cascada de Los Tercios. Esta es una formación de roca basáltica de unos 12 metros de alto en el recorrido de la quebrada Las Ánimas, cuyo atractivo es la forma de las rocas que conforman la caída. Gracias a nuestro guía local Mauricito, pudimos adentrarnos por senderos escabrosos para poder observar la belleza de este salto, el cual debe su nombre a la forma curiosa de sus rocas, alargadas y de forma casi hexagonal, que asemejan tercios de leña apilados unos sobre otros. Para el curioso, este singular capricho de la naturaleza puede ser encontrado, a sólo 2 kilómetros de la ciudad, en la calle que conecta a Suchitoto con Cinquera, por una calle abalastrada de facil conducción. Allí, Mauricito y su padre les permitirán ingresar a la propiedad donde se halla el salto el cual vale la pena ser disfrutado y vivido.

Tras nuestro paseo por Los Tercios, regresamos al casco urbano de la ciudad del Pájaro Flor, deambulando por sus calejuelas, disfrutando de la belleza de sus casas de cal y canto, sus hermosos balcones y sintiendo ese aroma cargado de paz e historia que se vive en esta otrora capital de la nación. Más tarde, disfrutamos del concierto ofrecido por la Sinfónica, el cual se llevó a cabo en el Teatro de Las Ruinas, una iniciativa del Señor Alejandro Coto, impulsor de la cultura y la historia en Suchitoto; el asistir a deleitarnos con la sinfónica es una de esas cosillas que mi amada y yo disfrutamos y que hemos hecho una especie de vicio nuestro. Al finalizar el evento cultural, regresamos al parque central para disfrutar del ambiente nocturno de la ciudad, una que se ha vuelto muy activa en lo relacionado al turismo en los últimos años y que personalmente recomiendo disfrutar en pareja, ya que Suchitoto de noche invita a tomar de la mano a la persona que te roba la razón y obsequiarle un beso a la sombra de la Hermosa Iglesia de Santa Lucía.

Quiero dedicar efusivamente esta nota de viaje a mi amada Irene, por su grande amor, por sus detalles para conmigo y claro, por ser la mujer con alma de patechucho que a mi vida le hacía falta.

Una curiosidad de la naturaleza, la caída de Los Tercios, ubicada a 2 kilómetros al poniente de la ciudad de Suchitoto
Nuestro amigo Mauricio fue nuestro guía por los escabrosos senderos que conducen a la cascada
El río Las Ánimas en su curso se topa con esta caída de aproximadamente 12 metros de altura
Tres facetas de la Hermosa iglesia de Santa Lucía. Antes de la puesta del sol, durante el ocaso y en la noche, iluminada por las lámparas del parque central
Don Alejandro Coto, dirigiéndose a los asistentes al concierto de la Sinfónica Juvenil previo al inicio del concierto.La Sinfónica Juvenil en plena ejecución.
El Teatro de Las Ruinas y algunas muestras de arte expuestas en sus salones
Mi Preciosa Irene a la salida del Teatro de Las Ruinas, en segundo plano.