Lunes 21 de Abril, 2008.-
A los lectores que visitan mi blog en busca de un oasis de paz y de letras distintas, pido las disculpas del caso, pero es necesario que exprese mi cólera ante los señores del rubro del transporte colectivo, ya que es indignante la manera de actuar tanto de los choferes como de los empresarios. Ambos son parte de un cúmulo de corrupción e indiferencia, todo por sacar raja económica y política a costillas de los usuarios que tienen que soportar los abusos, la inseguridad, el mal trato; y para nosotros los conductores que compartimos el asfalto con los cafres que manejan las unidades de transporte, de igual, sufrimos los atropellos, los abusos, el valeverguismo y el sinfín de infames y funestos actos de irresponsabilidad al volante.
Estoy molesto, claro que lo estoy. Doblemente, pues he sufrido dos golpes a causa de los señores choferes, de los cuales este servidor que duerme criaturas conduciendo se puede jactar de ser buen chofer. Uno me pasó esta mañana mientras me dirigía a mi trabajo en el congestionado Bulevar del Ejército de las 7 de la mañana. Iba mascando sabiduría, oyendo la radio y conduciendo a 20 Km/h detrás de un camioncito repartidor de no se qué, cuando de pronto, un autobús de la ruta 301 invadió mi carril, llevándose a su paso el espejo retrovisor izquierdo. Gracias a Dios, salí ileso, pero mi Cánido no salió tan salvado que digamos. Para variar, el busero, asumió demencia y no se hizo cargo del golpe. Más molesto que otra cosa, ni modo, continué mi marcha, tuve la intención de sacar a mi fiel compañero, el fierro para quebrarle un vidrio al bus, pero la forma en que me arrinconó la unidad de transporte, me dejaba indefenso. Opté mejor por seguir mi camino y dejar la justicia en las manos del Creador.
Meses atrás, mientras conducía sobre la Juan Pablo II, un busero de la Ruta 2-C, hizo una maniobra sin consultar con la calle, y terminó dándole un golpe con el parachoques a la cola de mi Chucho, quebrándome una cortesía y dejando el bumper trasero un poco torcido. En este caso, tampoco el busero se hizo cargo del golpe, pues adujo derecho de vía. Derecho de vía al invadir el carril de otro, claro, solo en nuestras calles se da eso. De hecho, aún no he podido reemplazar la luz quebrada, y me da coraje cada vez que veo el bus circular por las mismas calles que yo lo hago.
Con esto de los precios altos del Diésel, los buseros están tratando de que el gobierno les autorice un alza al pasaje de 5 centavos de Dólar por fulano que aborda. Prometen ser mejores choferes, ser entes civilizados en la calle y ofrecer un trato más digno a los usuarios, peatones, carros, motos y chuchos que se crucen en su camino. Yo la verdad no creo nada de eso. Tengo suficientes años y he oído suficientes veces la misma cantaleta mierda, sin que halla una real mejora en el servicio y en el trato en general.
Anoche, oía la radio, y me dio risa, pues en un programa de entrevistas estaban discutiendo sobre el tema de los buses, el alza del pasaje y del combustible a los agremiados del transporte, quienes aseguran que esta vez si cumplirán sus promesas, que serán más gentiles con los usuarios y que los choferes por arte de magia serán panes de Dios en la calzada.
A mi juicio, como conductor y subsidiante del transporte colectivo (claro, nos clavan 10 centavos de Dólar por galón de combustible comprado) en lugar de pedir más dinero para disque no caer en la quiebra por el precio del Diésel, deberían:
Primero: pagar todos los cachimbazos que sus buses han dado a diestra y siniestra, matando gente y exponiendo la vida de otros muchos y dañando bienes privados;
Segundo: seleccionar mejor a los pilotos de sus unidades y no ser tan blandengues con ellos;
Tercero: recordar que quienes hacen funcionar el "sistema" de transporte son los usuarios, por lo tanto dar un trato digno a los mismos;
Cuarto: Crear conciencia social y apegarse a la realidad del país. Muchos buses pasan por las mismas calles, necesitamos un sistema ordenado y organizado del transporte.
Quinto: Sería sano, volver a la vieja manía de quemar buses*, tal vez así entienden los buseros;
Sexto: Para los choferes, recordar que la calle es de todos, y la licencia pesada no da autoridad sobre la liviana;
Séptimo: Si el sistema de transporte no es rentable, les pregunto a los buseros, por qué es que todos quieren tener un bus, si el sistema es deplorable?
Quizá el tener un bus o una Coaster es algo así como una religión. Claro, una religión muy rentable.
Yo no me quería meter en este rubro, pero como muchos colegas que transitamos las calles de nuestra tierra, estoy harto de las atrocidades y el ojo pacho de los señores del transporte colectivo, ah y claro, de nuestro flamante gobierno y sus patéticas instituciones.
Espero en Dios, a mi amigo busero de la 301, le derrame muchas bendiciones y lo proteja en este camino infame lleno de choferes hijos de puta. Y también para el pendejo que le pegó a "La Chucha" la camioneta Lancer de mi hermana, quien halló a su adorada camioneta con un hermoso golpe que le daño una luz, aplastó un guarda fangos y dejó perfectamente jodido el parachoques frontal de su carrito.
Quiero agradecer a Isaías por ayudarme a colocar nuevamente el espejo maltrecho en la puerta de mi carrito.
*Eso de quemar buses, aclaro, es parte del clamor popular ante los abusos de parte de los buseros y en cierto modo en este país hace falta fuerza para que la mara entienda.
Estoy molesto, claro que lo estoy. Doblemente, pues he sufrido dos golpes a causa de los señores choferes, de los cuales este servidor que duerme criaturas conduciendo se puede jactar de ser buen chofer. Uno me pasó esta mañana mientras me dirigía a mi trabajo en el congestionado Bulevar del Ejército de las 7 de la mañana. Iba mascando sabiduría, oyendo la radio y conduciendo a 20 Km/h detrás de un camioncito repartidor de no se qué, cuando de pronto, un autobús de la ruta 301 invadió mi carril, llevándose a su paso el espejo retrovisor izquierdo. Gracias a Dios, salí ileso, pero mi Cánido no salió tan salvado que digamos. Para variar, el busero, asumió demencia y no se hizo cargo del golpe. Más molesto que otra cosa, ni modo, continué mi marcha, tuve la intención de sacar a mi fiel compañero, el fierro para quebrarle un vidrio al bus, pero la forma en que me arrinconó la unidad de transporte, me dejaba indefenso. Opté mejor por seguir mi camino y dejar la justicia en las manos del Creador.
Meses atrás, mientras conducía sobre la Juan Pablo II, un busero de la Ruta 2-C, hizo una maniobra sin consultar con la calle, y terminó dándole un golpe con el parachoques a la cola de mi Chucho, quebrándome una cortesía y dejando el bumper trasero un poco torcido. En este caso, tampoco el busero se hizo cargo del golpe, pues adujo derecho de vía. Derecho de vía al invadir el carril de otro, claro, solo en nuestras calles se da eso. De hecho, aún no he podido reemplazar la luz quebrada, y me da coraje cada vez que veo el bus circular por las mismas calles que yo lo hago.
Con esto de los precios altos del Diésel, los buseros están tratando de que el gobierno les autorice un alza al pasaje de 5 centavos de Dólar por fulano que aborda. Prometen ser mejores choferes, ser entes civilizados en la calle y ofrecer un trato más digno a los usuarios, peatones, carros, motos y chuchos que se crucen en su camino. Yo la verdad no creo nada de eso. Tengo suficientes años y he oído suficientes veces la misma cantaleta mierda, sin que halla una real mejora en el servicio y en el trato en general.
Anoche, oía la radio, y me dio risa, pues en un programa de entrevistas estaban discutiendo sobre el tema de los buses, el alza del pasaje y del combustible a los agremiados del transporte, quienes aseguran que esta vez si cumplirán sus promesas, que serán más gentiles con los usuarios y que los choferes por arte de magia serán panes de Dios en la calzada.
A mi juicio, como conductor y subsidiante del transporte colectivo (claro, nos clavan 10 centavos de Dólar por galón de combustible comprado) en lugar de pedir más dinero para disque no caer en la quiebra por el precio del Diésel, deberían:
Primero: pagar todos los cachimbazos que sus buses han dado a diestra y siniestra, matando gente y exponiendo la vida de otros muchos y dañando bienes privados;
Segundo: seleccionar mejor a los pilotos de sus unidades y no ser tan blandengues con ellos;
Tercero: recordar que quienes hacen funcionar el "sistema" de transporte son los usuarios, por lo tanto dar un trato digno a los mismos;
Cuarto: Crear conciencia social y apegarse a la realidad del país. Muchos buses pasan por las mismas calles, necesitamos un sistema ordenado y organizado del transporte.
Quinto: Sería sano, volver a la vieja manía de quemar buses*, tal vez así entienden los buseros;
Sexto: Para los choferes, recordar que la calle es de todos, y la licencia pesada no da autoridad sobre la liviana;
Séptimo: Si el sistema de transporte no es rentable, les pregunto a los buseros, por qué es que todos quieren tener un bus, si el sistema es deplorable?
Quizá el tener un bus o una Coaster es algo así como una religión. Claro, una religión muy rentable.
Yo no me quería meter en este rubro, pero como muchos colegas que transitamos las calles de nuestra tierra, estoy harto de las atrocidades y el ojo pacho de los señores del transporte colectivo, ah y claro, de nuestro flamante gobierno y sus patéticas instituciones.
Espero en Dios, a mi amigo busero de la 301, le derrame muchas bendiciones y lo proteja en este camino infame lleno de choferes hijos de puta. Y también para el pendejo que le pegó a "La Chucha" la camioneta Lancer de mi hermana, quien halló a su adorada camioneta con un hermoso golpe que le daño una luz, aplastó un guarda fangos y dejó perfectamente jodido el parachoques frontal de su carrito.
Quiero agradecer a Isaías por ayudarme a colocar nuevamente el espejo maltrecho en la puerta de mi carrito.
*Eso de quemar buses, aclaro, es parte del clamor popular ante los abusos de parte de los buseros y en cierto modo en este país hace falta fuerza para que la mara entienda.
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