Miércoles 14 de Mayo, 2008.-
Esta mañana, bien temprano, mi Princesa me despertó con una de esas noticias que de plano afligen a cualquier conductor en estos días. -Amor, en las noticias acaban de anunciar que la gasolina ha amanecido con 30 centavos de incremento. Te aviso porque anoche vi la agujita del Chucho y estaba abajo de cuarto de tanque. Esa noticia me mató mis últimos deseos de dormir hasta las 6:15, hora que habitualmente suelo levantarme.
En efecto, el Chucho andaba bajo de combustible, pero según mis cálculos, tenia combustible para dos días más, pero no me cayó en gracia este nuevo incremento en el precio de los combustibles, ya que desde que el Cánido regresó a la calle, eso hace dos meses ya, no ha habido nada más que incrementos cada miércoles en los precios de los combustibles. Esta semana en particular, el incremento ha sido uno de los más altos, por no decir el más grande este año. Suele subir 3 o 5, pero 30 centavos, eso se siente, y obviamente da cólera.
Yo soy fiel seguidor de los productos Texaco, y suelo cargar combustible en 2 o 3 estaciones en particular, por mis rutas, porque el mecánico, mi cuñado y mi jefe me recomendaron siempre usar esas gasolinas; y porque en nuestro país, como en otros a lo largo de latinoamérica, se sufre de galones engañosos, es decir, que no sirven galones exactos en las bombas de servicio, he escogido las que me ofrecen mejor rendimiento por tanque servido. Pero esta semana, luego de esta noticia, que imagino no le cayó en gracia a nadie, creo optaré por la que tenga el precio más cómodo, sin importar si no es la que habitualmente suelo usar.
Así pues, más temprano de lo habitual, salí de mi casa rumbo a mi trabajo, para confirmar la noticia de mi nena al salir al Bulevar del Ejército, pues la Texaco que está al salir de mi domicilio, ya tenía precios nuevos en sus rótulos: $4.68 la Premium. Igual impresión me llevé con los precios de algunas otras que hallé en mi ruta a la casa de mi Princesa, hasta que llegué a mi gasolinera favorita, la cual tenía bastante altos los precios también. Por suerte, hallé otra Texaco con un precio de $4.40, un precio bastante modesto a comparación de las otras 8 que me encontré en el camino. Así pues, al salir de mi trabajo, dispuse visitarla para llenar mi tanque a un precio menos doloroso que el de la mayoría de estaciones de San Salvador. No quiero imaginar siquiera cuanto costará esta semana la gas en las estaciones de sitios remotos, donde la excusa de siempre es el precio que se paga por llevar la gasolina hasta las estaciones más lejanas del territorio.
Esto de los precios altos de los derivados del petróleo, se está volviendo un mal endémico, para el caso de un país como el mío, que por culpa de los gobiernos pura mierda que tenemos, dependemos mucho de los hidrocarburos, todo impacta en manera directa; ha subido el pan, y los alimentos en general, los productos de consumo y muchos servicios también, ya que los costos del transporte son recargados al cliente final -como siempre- y no hay de parte de nuestro flamante gobierno con sentido humano un interés real por ofrecer una salida o por lo menos una alternativa a esto, que ya se ha convertido en crisis.
Ni modo gente, con estos precios, creo que será más viable optar por volver a viajar en chusón*, el cual también amenaza con subir su costo, y guardar los vehículos para ocasiones especiales. El Chucho en particular, si esto sigue a la alza, también será confinado a su garaje con sombra, ya que quiérase o no, estos precios se han vuelto horriblemente risibles y además incosteables.
Sería sano para todos, que nuestro flamante gobierno dejara de lado su estúpida manera de pensar y de plano volteara la mirada al pueblo, que hoy por hoy está sufriendo el golpe bajo producto de las malas maniobras y el infame y enfermizo amorío platónico que tienen con el Tío Sam, que por cierto poco o nada ayuda a la causa.
*Chusón le decimos en mi terruño a los autobuses del transporte colectivo.
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