Viernes 26 de Enero, 2007.
Sin duda alguna, uno de los lugares más hermosos de este país, es la ciudad de Suchitoto, un pueblo lleno de belleza, romanticismo y claro historia en cada rincón, esquina y hasta en sus calles empedradas. Junto al Chucho, he tenido la oportunidad de visitar la ciudad varias veces, ya sea por trabajo como por placer y no me canso de decir tanto a locales como a foráneos que es un punto básico a revisar en el mapa de cualquier vagabundo sediento de nuevas experiencias y con ganas de oír y saborear la historia de primera mano.
Capital de la República durante la época de la Patria Grande, icono de luchas de todo tipo en el pasado, productor de añil y actual ciudad colonial, la ciudad del Pájaro Flor, se encuentra a 58 kilómetros de San Salvador, en el extremo norte del departamento de Cuscatlán. Es bañado por el padre Lempa, y desde la ciudad puede deleitarse con hermosas vistas hacia el ahora Lago Suchitlán. Este lago es un reservorio de agua formado por la presa del Cerrón Grande, una de las 4 que hay en el recorrido de 320 Km del Río Lempa, el más largo del país y también el más largo río de las Américas con desembocadura en el Pacífico.
Suchitoto ofrece al visitante un aire de tranquilidad, una gama de vistas de todo tipo, calles empedradas, arquitectura colonial con casas pintadas con cal y techos de teja, balcones hermosos y puertas de madera, y claro, la hermosa Iglesia de Santa Lucía, la cual data del siglo XVII, construcción que en lo personal es una de las joyas más bellas de la arquitectura colonial Salvadoreña. He tenido la oportunidad de explorar la ciudad, de la cual me enamoré en mi primera visita, junto a mi hermano Roberto y mi amigo Hugo Buitre en 1994, cuando la visité por primera vez cuando andaba en las vueltas de aprender a tomar fotografías. Dado que fue severamente golpeada por la guerra civil que finalizó en 1992, Suchitoto inició un lento proceso de reconstrucción hasta llegar donde se encuentra en nuestros días, una bella ciudad que atrae a aquel que busca un poco de tranquilidad e historia.
Los atractivos de la ciudad, básicamente la iglesia de Santa Lucía, el Teatro de Las Ruinas, Proyecto del cineasta e historiador Don Alejandro Coto, oriundo de la ciudad e impulsor del proyecto histórico de la ciudad, quien tiene a bien un humilde museo de palabra e imagen en su casona de las afueras de la ciudad. He tenido el placer de entrar a su casa y empaparme de la palabra del Señor Coto y disfrutar del oasis de su casa, un santuario cultural lleno de belleza y originalidad la cual sugiero como parada obligatoria al visitante. La noche de Suchitoto también es muy romántica y tiene para aquellos que se enamoran de la ciudad, su cielo estrellado y su quietud una variedad de hoteles para todos los gustos y bolsas.
El Lempa, que para los Lencas, indígenas de la zona significa "La Vida" baña la ciudad y en sus riberas hay un sitio turístico llamado Puerto San Juan, donde el visitante puede abordar una lancha y dar un paseo por Suchitlán, deleitarse con la cocina basada en la pesca del lugar y también se puede abordar el ferry que parte desde allí, cruzando Suchitlán y desembarcando en las playas del departamento de Chalatenango.
Que más puedo decir de esta hermosa ciudad, que tomemos ruta y la visitemos pues realmente vale la pena deleitarse con las bellezas únicas de esta ciudad única que enamora al visitante con sus calles empedradas y su historia.
Capital de la República durante la época de la Patria Grande, icono de luchas de todo tipo en el pasado, productor de añil y actual ciudad colonial, la ciudad del Pájaro Flor, se encuentra a 58 kilómetros de San Salvador, en el extremo norte del departamento de Cuscatlán. Es bañado por el padre Lempa, y desde la ciudad puede deleitarse con hermosas vistas hacia el ahora Lago Suchitlán. Este lago es un reservorio de agua formado por la presa del Cerrón Grande, una de las 4 que hay en el recorrido de 320 Km del Río Lempa, el más largo del país y también el más largo río de las Américas con desembocadura en el Pacífico.
Suchitoto ofrece al visitante un aire de tranquilidad, una gama de vistas de todo tipo, calles empedradas, arquitectura colonial con casas pintadas con cal y techos de teja, balcones hermosos y puertas de madera, y claro, la hermosa Iglesia de Santa Lucía, la cual data del siglo XVII, construcción que en lo personal es una de las joyas más bellas de la arquitectura colonial Salvadoreña. He tenido la oportunidad de explorar la ciudad, de la cual me enamoré en mi primera visita, junto a mi hermano Roberto y mi amigo Hugo Buitre en 1994, cuando la visité por primera vez cuando andaba en las vueltas de aprender a tomar fotografías. Dado que fue severamente golpeada por la guerra civil que finalizó en 1992, Suchitoto inició un lento proceso de reconstrucción hasta llegar donde se encuentra en nuestros días, una bella ciudad que atrae a aquel que busca un poco de tranquilidad e historia.
Los atractivos de la ciudad, básicamente la iglesia de Santa Lucía, el Teatro de Las Ruinas, Proyecto del cineasta e historiador Don Alejandro Coto, oriundo de la ciudad e impulsor del proyecto histórico de la ciudad, quien tiene a bien un humilde museo de palabra e imagen en su casona de las afueras de la ciudad. He tenido el placer de entrar a su casa y empaparme de la palabra del Señor Coto y disfrutar del oasis de su casa, un santuario cultural lleno de belleza y originalidad la cual sugiero como parada obligatoria al visitante. La noche de Suchitoto también es muy romántica y tiene para aquellos que se enamoran de la ciudad, su cielo estrellado y su quietud una variedad de hoteles para todos los gustos y bolsas.
El Lempa, que para los Lencas, indígenas de la zona significa "La Vida" baña la ciudad y en sus riberas hay un sitio turístico llamado Puerto San Juan, donde el visitante puede abordar una lancha y dar un paseo por Suchitlán, deleitarse con la cocina basada en la pesca del lugar y también se puede abordar el ferry que parte desde allí, cruzando Suchitlán y desembarcando en las playas del departamento de Chalatenango.
Que más puedo decir de esta hermosa ciudad, que tomemos ruta y la visitemos pues realmente vale la pena deleitarse con las bellezas únicas de esta ciudad única que enamora al visitante con sus calles empedradas y su historia.